LA INSTITUCIÓN MILITAR VENEZOLANA,

SU DESNATURALIZACIÓN Y FUTURA RECONVERSIÓN 

2 de septiembre de 2020

Por VA Mario Iván Carratú Molina



 


LA DESNATURALIZACIÓN DE LA INSTITUCIÓN MILITAR



El proceso de desnaturalización de las Fuerzas Armadas venezolanas data desde tiempos anteriores a la fractura militar de febrero de 1992, y se concreta el día de la toma de posesión de Hugo Chávez en febrero de 1999, en el supremo acto de subordinación de las Fuerzas Armadas al nuevo Comandante en Jefe, en los Próceres. En esa oportunidad, Chávez dijo: “Los militares patriotas alzados en armas en febrero de 1992 son héroes de la República; aquellos que no lo hicieron, son traidores a la Patria.” 


Horas antes, en el hemiciclo del poder legislativo nacional, Hugo Chávez había sido juramentado como Presidente de la República, ante la “moribunda” Constitución de Venezuela, por el presidente del Congreso (cofundador con Chávez del MBR-200) Cnel. Luis Alfonso Dávila, en presencia del presidente Rafael Caldera. Horas después, el Ministro de Defensa, Gral. Raúl Salazar recibía al nuevo presidente Hugo Chávez y a Fidel Castro en la Academia Militar. Ese acto constituye la ofensa y humillación más grande que haya recibido la Institución Militar venezolana, al haber sido obligada a rendir honores al asesino Fidel Castro, responsable del fusilamiento y asesinato de civiles y militares durante la guerra de guerrillas marxistas (1960-1985). En sus primeros tres actos oficiales, Chávez  marcó definitivamente el rumbo anticonstitucional que caracterizó su régimen hasta el día de su muerte. Régimen continuado por Nicolás Maduro. 


Las Fuerzas Armadas han sido secuestradas, corrompidas y convertidas en un instrumento de represión donde el ciudadano es considerado como una fuerza enemiga a ser neutralizada. Han sido desconceptuadas de su función primaria y constitucional, que es la defensa de la nación. Las Fuerzas Armadas no existen como Institución Militar. 


No considero que dentro de las Fuerzas Armadas exista un “núcleo institucional mayoritario” que pueda articularse y actuar en combinación con las autoridades políticas "opositoras". Aún partiendo de la hipótesis que hay más militares profesionales que corrompidos, y que en un momento dado, los militares profesionales pudiesen actuar a favor de la libertad, se ignoran factores intrínsecos y determinantes que definen el concepto de Fuerza Armada.


En Venezuela, en la actual relación político-militar, se incurre en los mismos errores del pasado. Los dirigentes: Leopoldo López, Juan Guaidó, Henry Ramos Allup, Julio Borges, Henrique Capriles, María Corina Machado, Manuel Rosales y Antonio Ledezma entre otros, mantienen una relación clientelar con sus asesores militares, quienes llegado el momento esperan ser retribuidos por los servicios prestados. De continuar la práctica nociva de partidizar la cúpula militar, la institución jamás podrá estar al servicio del Estado. Debe prevalecer siempre el valor ético y moral del militar, su liderazgo y su capacidad profesional como Comandante militar.


El proceso de depuración militar debe realizarse tanto en los militares retirados como en los activos, a fin de garantizar que quienes hayan tenido cargos y/o vínculos militares con el chavismo, y que estén incursos en delitos asociados al poder, sean excluidos de las nuevas Fuerzas Armadas y de la estructura de mando militar,  y rindan cuentas ante la justicia por los delitos cometidos contra la nación.  


El sobreseimiento otorgado a los rebeldes militares por las autoridades jurídicas y políticas del país (sin juicio) en marzo de 1994, constituye el error político más grave que se haya cometido en Venezuela, desde la Presidencia de la República y los poderes del Estado. No podemos permitir que por complicidad y/o benevolencia se vuelva a incurrir en un error político similar, que comprometería el futuro del país y la libertad de los ciudadanos. 


El concepto de Seguridad de Estado tiene que ver con la estructura y organización de una Fuerza Armada que le permita a la nación contar con el apresto militar y la capacidad de reacción de toda la institución militar (no de grupos), a fin de garantizar la seguridad del Estado y la protección de los ciudadanos. 



LA RECONVERSIÓN DE LA INSTITUCIÓN MILITAR 


 Algunos aspectos a ser considerados:


  • ¿Cómo se logra depurar entre militares profesionales y corrompidos?

  • ¿Cómo se le garantiza a los militares profesionales que los corrompidos serán sometidos a la justicia militar y no serán beneficiarios de una ley de amnistía? 

  • ¿Cuál sería el proceso jurídico para conocer los casos de traición a la Patria y violaciones de derechos humanos?

  • ¿Bajo cuál estructura jurídica y de mando actuarían los militares? 

  • ¿Cuál sería el perfil de los oficiales a ser designados como miembros del Alto Mando Militar y comandantes de unidades mayores y operacionales?

  • ¿Cómo se evita la contaminación partidista de la Institución Militar?



Las Fuerzas Armadas es una institución política del Estado que obedece al marco constitucional; no a partidos políticos,  grupos de poder y otros grupos de interés. Antes de comenzar el proceso de reconversión y reestructuración de la Institución Militar se debe concretar cómo se ejecutará el tránsito de un Estado fallido a un Estado de Derecho. Partiendo de esta consideración básica, se logrará garantizar que los militares no respondan a candidatos presidenciales, a partidos políticos, y a otras personas o instituciones que comprometan la cohesión militar y desvirtúen su misión constitucional. 


Deben corregirse los errores políticos e institucionales que se han venido cometiendo desde 1960 hasta el presente, entre los cuales cabe mencionar:


  • Los procesos jurídicos y políticos llevados adelante durante la guerra de guerrillas marxistas (1960-1985) y el proceso de pacificación de 1972 (Rafael Caldera)

  • La complicidad de los poderes públicos, instituciones y dirigencia política en el amañado y criminal proceso de sobreseimiento de Hugo Chávez, otros cabecillas militares rebeldes, y civiles conjurados, partícipes en los cuartelazos militares de febrero y noviembre de 1992.

  • La inexistencia de una política de Seguridad de Estado “con fuerza de ley”.

  • El desconocimiento masivo de la meritocracia, liderazgo militar y de la identificación institucional para: ascensos, reconocimientos y asignación de cargos. Factor que afectó internamente el desarrollo del necesario liderazgo militar.

  • La partidización de las Fuerzas Armadas.

  • El voto militar impuesto por Chávez y avalado por políticos opositores.

  • La ausencia de una fluida y efectiva relación político-militar/civil-militar.

  • El manejo inapropiado de la Institución Militar y la injerencia de factores socio-políticos en las decisiones tomadas en materia militar.

  • El incremento sustancial y no sustentable del pie de Fuerza.

  • La creación y edición del libro blanco de la Defensa.


Se pretende responsabilizar a la Institución Militar y sus integrantes de la grave situación actual, cuando en realidad la responsabilidad debe ser compartida, enfatizando el manejo político de la institución y del cuerpo de Generales y Almirantes. Mucho antes del año 1992, los militares venían siendo catequizados y comprometidos, desde el establecimiento político nacional, en un proceso de destrucción  de la democracia. 



Algunos dirigentes políticos venezolanos hablan de la necesidad de reconciliar al militar con la sociedad, cuando realmente la urgencia es:


  • Deslastrar la Institución Militar de influencias partidistas y políticas. 

  • Identificar y excluir de las Fuerzas Armadas a todos aquellos que formaron parte, o se involucraron de manera clientelar con el proceso revolucionario, ya que todos ellos deberán ser juzgados por el delito de traición a la Patria.

  • Reconvertir las Fuerzas Armadas en una institución democrática del Estado para la defensa.


La necesidad prioritaria de los militares es la de reconciliarse con ellos mismos,  y confiar en que las Fuerzas Armadas podrán ser totalmente purificadas y reconvertidas en Institución de Defensa para el Estado que forme profesionales, verdaderos guardianes de la república y garantes de la paz y la democracia.  


Para concluir, la Institución Militar no es responsable de manera exclusiva de la situación actual en Venezuela. La crisis terminal que vivimos es de naturaleza estructural, con variables de carácter multidimensional y multifactorial que deben ser analizadas para poder  enmendar los errores. Debemos transformar la estructura del Estado en su totalidad para  poder garantizar el éxito del proceso de transición hacia la democracia, donde el ciudadano deberá ser el protagonista.  


Los militares no deben parcializarse con partidos políticos y mucho menos ser parte de campañas proselitistas para apoyar a candidatos en sus aspiraciones de poder. Ratifico mi posición institucional y mi compromiso con Venezuela. He comunicado públicamente que  no endosaré candidatos ni participaré en campañas políticas. Asimismo, y para preservar la integridad de la república, denunciaré a quienes traten de reciclar a civiles y militares copartícipes en la destrucción de Venezuela, y a quienes traten de utilizar la Institución Militar. 

Comentarios

  1. Hola Iván. Soy un simple ciudadano venezolano y vivo en Curazao.
    Me gustaría saber qué piensas de la estructura, objetivos y actuación de la organización CARIVE.
    En cuanto a tus propuestas para la futura reconversión de la institución militar, me parecen inobjetables.
    Gracias de antemano por responder.
    Un abrazo desde las Antillas. #NoMasPSUV_G4
    #ElChavismoDebeSalirPorLaFuerza
    #TransicionSinChavistas
    #NosVemosEnLibertad

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