Rafael Caldera: El conjurado que le armó el rompecabezas a Chávez

Por Miguel Rodríguez Fandeo y Mario Iván Carratú Molina
Para introducir el análisis de Miguel Rodríguez, he considerado apropiado citar una frase lapidaria de Caldera II en su mensaje inaugural, tal como lo hizo en su artículo “El Gobierno del Chiripero”, el Dr. Asdrúbal Aguiar, aunque desde otra óptica, por supuesto. El Dr. Aguiar fue Gobernador de Caracas (1994-1996), Ministro de la Secretaría de la Presidencia (1996-1998) y Ministro de Relaciones Interiores (1998-1999) en el gobierno de CalderaII.
En su mensaje inaugural, Caldera II manifestó que no llegaba a hacer milagros: «ni los ofrecí en el curso de la campaña, ni puedo ofrecerlos hoy». Así comenzaba el gobierno de uno de los “notables conjurados” contra el gobierno de CAP II. Carlos Andrés Pérez, el hombre que fue aclamado en el Foro Económico Mundial de Davos de 1992, por ser el Presidente del país de mayor crecimiento en 1991, resultado del más exitoso ajuste económico de la historia mundial.
Miguel Rodríguez, comenta sobre el “Gran Viraje” de CAP II: “Michel Camdessus, quien era una eminencia, Managing Director del Fondo Monetario Internacional, bautizó la reforma financiera de Venezuela como la más importante y moderna que se estaba haciendo en América latina. Logramos la mejor reestructuración de la deuda externa de América latina (feb 1990) con la que le ahorramos a la República, a valores de hoy, decenas de billones de dólares; Introdujimos la reforma tributaria y la reforma del sistema financiero. Llevamos a cabo la privatización de la CANTV, la más exitosa de América latina, con una licitación internacional que ganó, en buena lid, la GTE y AT&T. Logramos captar el interés de los inversionistas más importantes del mundo, con planes serios para invertir en el país. Liquidamos el antro de corrupción del control de cambio RECADI (creado después del Viernes Negro, feb 1983) que terminó de completar la inmensa fuga de capitales que se inició en 1980 y concluyó en 1988 (más de $200 billones, a valores de hoy, apropiados, en su mayoría, por las familias más ricas de Venezuela). Nosotros establecimos la más transparente y libre convertibilidad. ”

CAP II y Miguel Rodríguez estaban haciendo realidad el milagro que Caldera no pudo ofrecer, y sobre ese particular profundiza Miguel Rodríguez: “El segundo gobierno de Caldera es uno de los peores gobiernos de toda la historia de Venezuela y uno de los más corruptos. Se termina cayendo el producto per cápita del país en cuatro de los cinco años de gobierno. Cayó en un 15% el producto interno y el ingreso per cápita de los venezolanos, el consumo privado cayó en más de 20%, el desempleo terminó en niveles altísimos del 12-15% y el empleo en el sector informal subió a más del 50% de la fuerza de trabajo. Es decir, un empobrecimiento general del país que terminó haciéndole el terreno a la candidatura populista de Chávez.”
“Caldera II llegó a Miraflores con una campaña populista y en contra del “Gran Viraje” que había dado resultados extraordinarios en el gobierno de CAP II. Caldera II recibió el país lleno de reservas internacionales y en una situación con la cual hubiese podido hacer un gran gobierno de desarrollo para el país, si hubiese continuado las políticas del “Gran Viraje”; pero lo que hicieron fue un desastre de política económica. Desastre que comenzó en enero de 1994, nominalmente todavía en el gobierno de Velásquez, cuando el presidente electo (aún no juramentado como gobernante) ordenó el cierre del Banco Latino (2do. banco más importante del país) porque salió de compensación por apenas $40 millones, monto que coincidió con un cheque que misteriosamente no llegó del Centro Simón Bolívar. Velásquez no se hubiese atrevido nunca a tomar una medida de esa naturaleza, de no haber sido por el comando directo de Caldera. El cierre del Banco Latino condujo a la crisis financiera más terrible de Venezuela, una fuga masiva de los ahorros de los depositantes en los bancos. La terrible decisión de Caldera le costó a la República de Venezuela $10 mil millones en auxilio financiero (más de $30 billones, a valores de hoy). El problema se ha podido resolver de manera muy fácil con un aporte de capital por parte del Tesoro de Venezuela o en un redescuento del Banco Central. En la crisis financiera de los Estados Unidos del 2007-2008, el hueco del Citibank era de $1 trillón y el del Bank of America de $800 billones; sin embargo, la Reserva Federal no cerró esos bancos, porque eran los dos bancos más importantes de los Estados Unidos. Se le hicieron aportes de capital del Estado por parte del Tesoro de los Estados Unidos y se salvaron los bancos.”
“Caldera volvió a introducir el control de cambio corrupto. La economía colapsó en los años 1994-1995, el gobierno se estaba cayendo, y es ahí cuando llaman a Teodoro Petkoff para tratar de arreglar el entuerto. Petkoff lanzó la “Agenda Venezuela”, una copia muy mala, por cierto, del “Gran Viraje''. Vuelven a unificar la tasa de cambio, con una devaluación del 200% en 1996; una inflación que ya había sido de más del 60% en 1994 y más del 60% en 1995, se disparó a más de 100% en 1996 por el efecto de la devaluación. Se derrumbó la economía en 1996 con el ajuste de Petkoff. La catástrofe es medio salvada en 1997, porque Caldera ante el desastre, se vió obligado a aceptar la apertura petrolera propuesta por Luis Giusti (Presidente de PDVSA), después de haberla echado para atrás. El incremento en la producción petrolera representó un pequeño crecimiento del 5% en 1997, que estaba condenado a caer en 1998 por la política totalmente equivocada de Petkoff en materia cambiaria (fijar la tasa de cambio). En 1998, como consecuencia de la crisis asiática, cae el precio del petróleo y Luis Giusti sale, con el rabo entre las piernas, a firmar los acuerdos de Riad en Arabia Saudita, para reducir la producción petrolera y reducir la cuota de Venezuela.”
“Lo más terrible del segundo gobierno de Caldera fue la profunda corrupción administrativa. En una operación delictuosa, que violaba toda la legalidad en materia de crédito público en Venezuela, Luis Matos Azócar, Ministro de Hacienda de Caldera II, promovió el cambio de los Bonos Brady (que pagaban 6.25% de interés) por los Bonos Globales que le ofreció la banca, pagando 9.75% (3 puntos más de tasas de interés). Los Bonos Brady habían quedado de la reestructuración que hicimos a comienzos de 1990 y que representaba el 70% de reducción del servicio de la deuda de Venezuela, esos bonos ya tenían pagado su capital en un fideicomiso provisto de Bonos Cero Cupón del Tesoro americano, por lo cual Venezuela no tenía que preocuparse más nunca por el pago de capital de esa deuda. Caldera y Matos Azócar, liquidaron los fideicomisos y agarraron los recursos que cancelaban esa deuda, y los Bonos Cero Cupón del Tesoro americano los quemaron en lo que les dió la gana. Todo ese vandalismo causó una pérdida patrimonial a la República de más de $1 billón (más de $3 billones, a valores de hoy). Allí debieron haber quedado comisiones jugosas. Otro hecho de corrupción escandaloso se produjo cuando Caldera creó falsamente 3 líneas de telefonía rural móvil, él se reservó una. Sin licitación y a dedo, se la regaló a su amigo de toda la vida Alberto Vollmer, su embajador en el Vaticano. Las otras dos líneas, Caldera se las dió a su socio de gobierno, Luis Alfaro Ucero, quien entregó (sin licitación) la línea del occidente a Beto Finol y la línea de oriente a Humberto Petrica y a su yerno Arístides Hospedales. Eso terminó siendo una farsa y rápidamente cambiaron la decisión, permitiendo que las líneas se convirtieran en líneas urbanas. Al poco tiempo, Alberto Vollmer le vendió su línea Digitel a Italia Telecom en $400 millones ($1.5 billones, a valores de hoy), ese fue el valor del regalo de Rafael Caldera a su amigo. Como siempre, el nepotismo lleva a la corrupción, a Andrés Caldera, Ministro de la Secretaría de la Presidencia, lo llamaban el pimentón, porque decían que estaba en todos los guisos que se producían en el gobierno.”
Miguel Rodríguez concluye diciendo: “Esos son solo algunos ejemplos de todas las barbaridades que se cometieron en el segundo gobierno de Caldera, de las cuales son responsables Rafael Caldera y todo su gabinete que aprobaba esos hechos dolosos de corrupción administrativa y el manejo horrendo de la crisis financiera.”
Yo, Mario Iván Carratú Molina, desarrollo la segunda parte de este documento. Comienzo enfatizando el gran descaro de Caldera II en su última Rendición de Cuentas ante el Congreso Nacional (enero 1999), al referirse a la profunda crisis moral en el país. Como gobernante, Caldera exhibió un comportamiento amoral que no se limitó a lo administrativo. No debemos olvidar que en su primer mandato, entre los años 1970-1973, durante la "pacificación", él discriminó entre los guerrilleros “pacificados” beneficiados por un plan de becas en el exterior: a los pobres los becó para ser técnicos de aduanas y formar parte de la NABALAC, dependencia del Ministerio de Hacienda; mientras que a los hijos de destacados dirigentes comunistas les otorgó becas para estudiar carreras universitarias en la Sorbona de París y en España. Caldera dejó de manifiesto el desprecio que siempre tuvo hacia la clase humilde y su desinterés por brindar igualdad de oportunidades a los venezolanos.
No estuve de acuerdo con la amnistía porque desconoció el aporte de la Institución Militar en la defensa del Estado. Las Fuerzas Armadas combatieron duramente y a un alto costo a quienes Caldera perdonó y favoreció con becas, créditos y concesiones millonarios, (ej. concesión comercial entre Cuba y Venezuela otorgada a Luben Petkoff) y el financiamiento de carreras políticas, como las de Pompeyo Márquez y Teodoro Petkoff, ambos Ministros de Caldera II. Las muertes y violaciones de venezolanos, en el campo y en las ciudades quedaron impunes y sus victimarios, recompensados por el Estado.
En su mensaje al Congreso (enero 1999), Caldera dijo: “Hubo momentos en los cuales asomaba el peligro de que no se pudiera mantener la democracia. Recogí el desafío. Sin mayoría en el Congreso, me mantuve aferrado a las normas constitucionales. Enfrenté el reto para demostrar que si la democracia es el mejor sistema de gobierno en tiempos de normalidad, es indispensable en cualquier contingencia.” Curiosamente, Caldera entendió el riesgo de no poder mantener la democracia y evidentemente fue muy selectivo a la hora de invocar las normas constitucionales. En 1992, excusó a quienes actuaron contraviniendo las normas constitucionales, las mismas a las que él dice haberse aferrado en su segundo mandato. Resulta de un gran cinismo que haya dicho: “la democracia es indispensable en cualquier contingencia”, después que él (siendo parte de la conjura) justificara la rebelión en la contingencia que se presentó en 1992.
Los militares profesionales, entendimos que la rebelión militar del 3-4F 1992 se trató de un plan de magnicidio para romper el hilo constitucional. El Gral. Heinz Aspúrua (f) explicó en su momento que “se utilizaron armas en exceso: armas antitanque y morteros”. Heinz fue enfático al asignar “la responsabilidad a los comandantes que autorizaron ese plan de carga y la utilización de ese tipo de armas contra un regimiento que estaba en condiciones muy inferiores”. Durante 30 años, he denunciado que los conjurados retiraron de los puestos de defensa, las armas para la defensa inmediata del Palacio, y que dieron permiso de salida a dos terceras partes del Regimiento de la Guardia de Honor. Los blindados Dragón bloquearon todas las puertas de salida del Palacio y no habían suficientes hombres ni armas para defender el Palacio y al Presidente. El plan era impedir que CAP II saliera con vida del Palacio.

Caldera obstaculizó la recta administración de la justicia militar y penalizó a los militares institucionales que estaban en desacuerdo con el sobreseimiento de los comandantes rebeldes. El Gral. de Div. Jorge Isaac Tagliaferro de Lima (Comandante del Ejército, gobierno de Ramón J. Velásquez), a quien Caldera propuso inicialmente el cargo de Ministro de la Defensa, fue descartado por no aceptar la imposición de apoyar la liberación de los comandantes rebeldes. Caldera nombró para ese cargo al Gral. Rafael Montero Revette. A mí me destituyó del cargo de Director del Instituto de Altos Estudios de Defensa Nacional (IAEDEN) y ordenó mi salida del país. Caldera debilitó la moral de los militares que permanecieron leales a la Constitución y menospreció a los venezolanos que sacrificaron su vida defendiendo la democracia. Asimismo, violó la meritocracia y reglamentos militares al nombrar a su yerno, el Gral. Rubén Rojas Pérez, como Jefe de la Casa Militar, Inspector General del Ejército y Comandante General del Ejército, quien condujo una persecución dentro de las Fuerzas Armadas y discriminó a los militares profesionales leales a la Constitución.
Caldera se despidió, diciendo haber cumplido uno de los objetivos más importantes "armar el rompecabezas" y entregar el país en paz y democracia. Corresponde a los venezolanos evaluar su gobierno en base a los hechos. En lo personal, ni siquiera le doy el crédito de haber tenido buenas intenciones o buena voluntad. Él hirió de muerte la democracia y se la sirvió en la mesa a los buitres que habilitó para destrozarla.

¡OJO CON LAS ELECCIONES!
ResponderEliminarYa comienzan a salir de una y otra parte, de uno y otro partido, y de uno y otro pueblo, políticos con diferentes proyectos de País o de Proyectos de Gobiernos. Ya comienzan a buscar líderes de barrios, líderes de las ciudades, líderes de urbanizaciones para que promuevan reuniones, mítines, con el fin de competir en lo que ellos llaman “las próximas elecciones presidenciales”. ¡Qué desgracia, y nadie esboza sobre la Libertad, de la cual Venezuela necesita para vivir y convivir de una manera feliz y en paz!
¿Elecciones Presidenciales? ¿Y será que éstos políticos no conocen nuestra historia política? ¿Será que todos ellos estarán creyendo que habrá que retomar la política de los “cuarenta años de gobiernos civiles” por medio de “la social democracia”, y que sería con “la social democracia” que nuevamente engañarían al Pueblo hablando de “Democracia” y, a lo mejor, sin ser democracia, sino el mismo socialismo, pero un socialismo distinto al de Maduro, o diferente al mismo socialismo del Psuv?
Lo que se ha podido apreciar, en algunos discursos de quienes han ido llegando a buscar suerte para un nuevo usufructo del Poder, ha sido promesas y más promesas por medio de las elecciones. ¿Y Usted, oh Pueblo, cree que después de varios años de ser dirigidos por “los enemigos de la nación”, todo se arreglaría por medio de elecciones?
Ah, ¿Los demócratas sí tienen que demostrar que son mayoría para poder ejercer “El Gobierno del Pueblo”? ¿Y por qué los demócratas tienen que convocar a elecciones para poder volver al Poder del Pueblo? ¿Por qué los demócratas tienen que obedecer a la Tiranía a causa de las elecciones? ¿O, es que acaso, cuando los demócratas ganen las elecciones recibirían un Gobierno Democrático y no un Gobierno socialista?
¿Qué recibirán los demócratas al ganar las elecciones? ¡No hay dudas que lo que recibirían sería socialismo! ¿Socialismo? ¿Y entonces que haría el ganador de las elecciones, acabar con el socialismo o servir a todos nuestros conciudadanos, como debiera ser? ¡Para acabar con el socialismo, el civil que gane las elecciones tendría que dar órdenes a cada rato; y, por cierto, órdenes no tan agradables! Esto, en el supuesto que quien gane las elecciones sea demócrata. Porque de no serlo, se transformaría en otra usurpación del Poder del Pueblo, ya que el único Gobierno que tiene la República es “El Gobierno Democrático”.
Otra cosa: ¿Cómo irá a ser el Congreso de la República, de una sola cámara o de dos cámaras, porque si no es de dos cámaras no habrá República. ¿Y entonces que iría a hacer el ganador de las elecciones para ejercer un Gobierno Democrático con una simple asamblea?
Veáis vosotros: ¡esto es largo, dejemos esto hasta aquí, mientras tanto! Por Azael Valero, a los 13 días del mes de abril del presente año 2023. (POR LO QUE SE REQUIERE DE UN PERÍODO DE TRANSICIÓN, "SINE QUA NON" EL CAMBIO DE SOCIALISMO O COMUNISMO PARA DEMOCRACIA).